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Cuando las escuelas chárter abrieron por primera vez hace más de 25 años, se celebraron por brindar oportunidades a los niños a quienes se les podría negar el acceso a opciones educativas de alta calidad. Para algunos grupos minoritarios, las escuelas deficientes alguna vez fueron la norma.
Al comenzar el Mes de la Herencia Hispana, la Asociación de Escuelas Públicas Chárter de Carolina del Norte celebra a nuestros educadores, estudiantes y familias hispanas. ¿Cómo podemos asegurarnos de que todos los niños hispanos tengan las oportunidades que necesitan para tener éxito? Inscribirse en una escuela chárter puede ser una parte importante de esa respuesta.
La autonomía de las escuelas chárter permite que muchas escuelas brinden servicios únicos que pueden satisfacer las necesidades de su diversa población estudiantil, desde ofrecer apoyo en un segundo idioma, niveles elevados de capacidad de respuesta cultural y participación familiar, hasta contratar maestros que reflejen la diversidad de la comunidad.
En todo el país, aproximadamente el 30 por ciento de los estudiantes de las escuelas chárter públicas se identifican como hispanos. Y según un informe del 2015 de la Universidad de Stanford, las escuelas chárter públicas están ayudando a sus estudiantes hispanos a alcanzar el éxito académico: las escuelas chárter urbanas generan un crecimiento del aprendizaje equivalente a 22 días adicionales de aprendizaje en matemáticas y 6 días adicionales de lectura. Para los estudiantes hispanos en situación de pobreza, estos números aumentan a 48 días adicionales en matemáticas y 25 días adicionales en lectura. Tal éxito se refleja en el apoyo de la comunidad hispana a las escuelas chárter: según una encuesta de padres representativa a nivel nacional, el 84 por ciento de los padres hispanos dicen que están a favor o muy a favor de permitir que los padres elijan a qué escuela pública asiste su niño.
A pesar del sólido establecimiento de las escuelas públicas chárter aquí en Carolina del Norte, se adelanta información errónea que merece ser corregida.
MITO UNO
Las escuelas chárter son solo para los niños blancos
Respuesta: Esta fue una creencia común, especialmente cuando surgieron las escuelas chárter por primera vez. Los datos, sin embargo, muestran una historia muy diferente.
Solo el 36% de todas las escuelas chárter en la actualidad atienden a una población mayoritariamente blanca. Esta cifra es inferior al 50% en 1999-2000.
En contraste, el 60% de las escuelas públicas tradicionales tienen una población mayoritariamente blanca.
Según los datos más recientes del Centro Nacional de Estadísticas Educativas, las escuelas chárter atienden a estudiantes afroamericanos e hispanos en tasas más altas que las escuelas públicas tradicionales.
Una de las cuatro escuelas chárter tiene una población mayoritariamente hispana. En comparación, sólo el 9% de las escuelas tradicionales públicas tienen una población mayoritariamente hispana. El número de escuelas chárter de mayoría hispana casi se ha duplicado en los últimos diez años. El número de escuelas tradicionales con una población mayoritariamente hispana se ha reducido a la mitad en la última década.
En otros términos, las familias hispanas se están dando cuenta de las ventajas de las escuelas chárter para la enseñanza del idioma, la capacidad de respuesta cultural y la calidad general de la educación.
MITO DOS
Las escuelas chárter son lo mismo que las escuelas privadas. No puedo permitirme enviar a mi niño a una escuela chárter.
Respuesta: Las escuelas chárter no son instituciones privadas. Son públicos, gratuitos y abiertos a todos los estudiantes. Son una excelente alternativa sin costo para las familias que quizás no estén satisfechas con la escuela de su vecindario pero que no pueden permitirse inscribir a sus niños en una escuela privada.
MITO TRES
Las escuelas tradicionales se desempeñan mejor que las escuelas chárter.
Respuesta: Una vez más, los datos no respaldan tal afirmación. Prácticamente todos los estudios de los últimos diez años indican que la mayoría de las escuelas chárter se desempeñan igual o mejor que las escuelas públicas tradicionales.
MITO CUATRO
Las escuelas chárter alejan a los estudiantes de bajos ingresos y de bajo rendimiento.
Respuesta: Otro mito ampliamente perpetuado es que las escuelas chárter atienden a estudiantes privilegiados y excluyen a los estudiantes económicamente en desventaja. La realidad es que a menudo son los estudiantes que antes tenían un bajo rendimiento los que obtienen los mayores logros en el sistema de escuelas chárter. Considere este hallazgo de las escuelas chárter de California:
“Entre los estudiantes tradicionalmente desaventajados, los que asisten a las escuelas chárter logran un mayor progreso académico que los de las escuelas públicas tradicionales. En 2009-10, el 74 % de las escuelas chárter cumplieron con los objetivos de rendimiento estudiantil para los estudiantes desfavorecidos en comparación con el 59 % de las escuelas no chárter”.
MITO CINCO
Las escuelas chárter no son responsables ante el público.
Respuesta: Las escuelas chárter tienen metas específicas para el logro de los estudiantes detalladas en sus chárter. Las escuelas que no alcancen sus metas corren el riesgo de perder sus charters. Las escuelas chárter también son responsables ante sus estudiantes, padres y la comunidad. Por ejemplo, si los padres no están satisfechos con el desempeño de la escuela, simplemente pueden sacar a su estudiante de la escuela a favor de otra escuela chárter o escuela tradicional.
Todos los padres quieren hacer las mejores elecciones educativas para sus hijos. Esto significa tener una comprensión completa de todas las opciones disponibles y la capacidad de discernir el mito de la realidad. Para obtener más información sobre las escuelas chárter, visite ncpubliccharters.org.
English
When charter schools first opened more than 25 years ago, they were celebrated for providing opportunities for children who might not have access to high quality educational options. For some minority groups, failing schools were once the norm.
During Hispanic Heritage Month, the North Carolina Association for Public Charter Schools celebrates our Hispanic educators, students, and families. How can we ensure that all Hispanic children have the opportunities they need to succeed? Getting them enrolled in a charter school can be an important part of that answer.
Charter schools’ autonomy allows many schools to provide unique services that meet the needs of their diverse student population—from offering second language support, elevated levels of cultural responsiveness, and family engagement, to hiring teachers who reflect the diversity of the community.
Across the country, approximately 30 percent of public charter school students identify as Hispanic. And according to a 2015 report from Stanford University, public charter schools are helping their Hispanic students achieve academic success—urban charter schools generate learning growth equivalent to 22 extra days of learning in math and 6 extra days of reading. For Hispanic students in poverty, these numbers rise to 48 extra days in math and 25 extra days in reading. Such success is reflected in the Hispanic community’s support for charter schools: according to a nationally representative parent survey, 84 percent of Hispanic parents say they favor or strongly favor allowing parents to choose which public school their child attends.
Despite public charter schools’ strong establishment here in North Carolina, there remains some misinformation that deserves to be corrected.
Myth One
Charter schools are just for the white kids.
Answer: This was once a commonly held belief, especially when charter schools first came about. The data, however, show a very different story.
Only 36% of all charter schools today serve a population that is a majority white. This figure is down from 50% in 1999-2000.
In contrast, 60% of traditional public schools have a population that is a majority white.
According to the latest data from the National Center for Education Statistics, charter schools serve black and Hispanic students at higher rates than traditional public schools.
One in four charter schools have a majority Hispanic population. In comparison, only 9% of traditional schools have a majority Hispanic population. The number of majority Hispanic charter schools has nearly doubled in the past ten years. The number of traditional schools with a majority Hispanic population has decreased by half in the past decade.
In other words, Hispanic families are becoming aware of the advantages of charter schools for language instruction, cultural responsiveness, and overall quality of education.
Myth Two
Charter schools are the same as private schools. I can’t afford to send my child to a charter school.
Answer: Charter schools are not private institutions. They are public, tuition-free, and open to all students. They are a great, no-cost alternative for families who might not be happy with their neighborhood school but can’t afford to send their children to private school.
Myth Three
Traditional schools perform better than charter schools.
Answer: Once again, the data do not support such a claim. Virtually every study in the past ten years indicates that most charter schools perform as well or better than traditional public schools.
Myth Four
Charter schools alienate low-income and underperforming students.
Answer: Another widely perpetuated myth is that charter schools cater to privileged students and exclude economically disadvantaged students. The reality is that it is often the previously underperforming students who make the greatest gains in the charter school system.
Consider this finding from California’s charter schools:
“Among traditionally disadvantaged students, those attending charters make greater academic progress than those in traditional public schools. In 2009-10, 74% of charter schools met student achievement targets for disadvantaged students compared to 59% of non-charter schools.”
Myth Five
Charter schools aren’t accountable to the public.
Answer: Charter schools have specific goals for student achievement spelled out in their charters. Those schools who do not reach their goals are at risk of losing their charters. Charter schools are also accountable to their students, parents, and the community. For example, if parents are not happy with the way the school is performing, they can simply remove their student from the school in favor of another charter or a traditional school.
All parents want to make the best educational choices for their children. This means having a full understanding of all available options and the ability to discern myth from reality. For more information about charter schools, please visit ncpubliccharters.org.